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jueves, 29 de junio de 2023

LA OTRA CACERÍA (5)

 JUEVES

 

 HAGA BUENA LETRA CON

  NUESTRO LÁPIZ MÁGICO

    EN COLORES, CON MÚSICA,

      RELOJ DESPERTADOR Y HORÓSCOPO.

        VISITE NUESTRA DEMOSTRACIÓN,

           ESTE JUEVES A LAS 18 HORAS.

       Así rezaba la invitación que recibí hace unos días de Yn Ho Senn Cía Ltda, la antigua firma importadora de una muy amplia gama de productos manufacturados. Los dueños son co­rea­nos; los conocí hace algún tiempo en una re­unión donde habían anticipado otra novedad. Sue­lo ti­rar esta clase de pro­paganda al cesto de papeles sin leerla, pero este folle­to me atraía, no sé si fue por el texto o por­que me in­teresaba el pro­ducto. ¿O habrá sido por la foto de la radiante Miss ­Corea que lo anuncia­ba?

      La cuestión es que deci­dí ir a verla (la presentación). Pero sólo por cu­riosi­dad, no para comprar ese lá­piz. Pare­cía un arte­facto origi­nal, pero por mágico que fuera, habría que ver si servía para algo. No me gusta ser un coneji­llo de Indias.

       El show comenzó puntualmente. Primer punto a fa­vor. A la elegante figura que subió al escena­rio, era la mucha­cha del folleto, la reconocí en se­gui­da. No es común que algo que se anun­cia coin­cida con lo que noso­tros lla­mamos la realidad. Segundo punto a favor.

      La acompañaba un representante de la firma, que ha­blaba muy bien, pero ¿para qué, ¿quién prestaba aten­ción a explicaciones de lo que estaba mos­trando la modelo? ¡Qué ojos, qué manos, qué men­tón, qué sonrisa, qué gra­cia para mo­verse!

.      Todavía impresionado por la belleza y la simpatía de la mucha­cha orien­tal, me paré en la vereda de enfrente, con la esperan­za de verla afuera. Hacía calor, había mucha humedad y baja pre­sión atmosférica, esa combina­ción cli­mática tan característica de esta ciu­dad a fi­nes de año. Era la época durante la cual la mitad de la población persi­gue a la otra, por­que quiere poner sus cosas en orden, en una eufo­ria contagiosa. Las calles y veredas se iban cubriendo de hojas de agendas, plani­llas y largas tiras de má­quinas calculado­ras, arrojadas desde las ven­tanas de ofici­nas. En la peato­nal y en vidrieras quedaban aún arma­dos ár­bo­les de Navidad, alegremente adornados, y con sus copos de nieve que, al igual que los trajes de los Santa Claus, pa­recen tan ab­sur­dos en am­bien­tes sub­tropi­cales.

       El campana­rio del edifi­cio del Con­ce­jo Delibe­ran­te cantó las sie­te. Abrí el estuche y contem­plé mi adqui­sición: un lá­piz rojo con rayos ver­des y un visor digital, una ca­jita musi­cal y pequeñas tar­jetas con frases al lado de los signos del Zodía­co. Contento, comprobé que no me habían engaña­do. En el reloj vi el tercer punto a fa­vor de Yn Ho Senn Cía, porque, efectivamente, señalaba las 19 ho­ras del día jue­ves 28 de di­ciem­bre. A Miss Corea no la vi sa­lir. 

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